Cocinar en verano: 10 errores típicos a evitar

1 agosto, 2021
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Cocinar en verano: 10 errores típicos a evitar

Última actualización: 18 abril, 2024

Tiempo de lectura: 7 minutos

Los meses de verano son los más críticos en lo que a las toxiinfecciones alimentarias se refiere. Desde el primer día ha sido objeto de este blog daros los mejores consejos para evitar una toxiinfección alimentaria. Estos consejos todavía adquieren más importancia a la hora de cocinar en verano. Y es que la combinación de ciertos errores con una temperatura ambiente elevada puede desencadenar en una mala experiencia. Porque a más calor, más fácil es que se reproduzcan las bacterias hasta provocar una infección. La tan temida salmonella, por ejemplo, no prolifera por debajo de los 4 grados (es decir, en la nevera) pero cuanto más cerca esté de los 37 grados, la velocidad de reproducción se dispara. En SAIA hemos elaborado una lista con los 10 errores más comunes que cometemos en verano. Seguramente te identifiques con más de uno de la lista. Recuerda que está en tus manos reducir mucho el riesgo de sufrir una toxiinfección.

1. No llevar la bolsa isotérmica a la compra

Si el traslado hasta casa no es inmediato, el riesgo de que determinados productos frescos se estropeen es muy alto. El pescado, los huevos o la carne picada son muy delicados. Recordad llevar siempre la bolsa isotérmica. A menudo, si pasamos el verano lejos de la gran ciudad, vamos a comprar con el coche y ponemos la compra en el maletero. Error. El coche suele estar muy caliente y cuando ponemos el aire acondicionado, este no llega al maletero. Así que otra recomendación, sobre todo si no se lleva bolsa isotérmica es que separemos los productos refrigerados y los llevemos dentro de la cabina del vehículo y no en el maletero.

2. Comprar el melón y la sandía cortados

Estas son dos de las frutas que más consumimos en verano. Y es muy habitual comprarlas en mitades. Y es muy habitual que estas mitades se encuentren en las estanterías convencionales de las fruterías sin refrigeración. Es mucho mejor comprar melón o sandía enteros pero en caso de querer comprar la mitad, no lo hagáis si el producto está fuera de la nevera. Por su gran contenido de agua es muy propenso a generar bacterias. Te lo explicábamos en este artículo recientemente.

La fruta, en general, mejor cortarla en el momento de consumirla.

3. Hacer mayonesa casera y conservarla

La ensaladilla rusa, o la ensalada de pasta, son algunas de las recetas estrella en la cocina de verano que van acompañadas de mayonesa. En verano hay que ser muy delicado con la mayonesa casera. Hay que hacer la mayonesa justo antes de consumirla y nunca guardar las sobras ni tan siquiera en la nevera. Seguramente no esté tan buena, lo sabemos, pero en verano nuestra recomendación es que la mayonesa la compréis en el super y os ahorrareis problemas.

4. Descongelar los alimentos a temperatura ambiente

Siempre debemos descongelar los alimentos en la nevera y con una rejilla. Pero en verano, esta norma debería convertirse en obligación ya que hay mucho más riesgo de proliferación de bacterias. Sobre cómo descongelar correctamente los alimentos, hablamos en este artículo.

5. Llevar tortilla de patatas a la playa

¿Quién no ha llevado alguna vez un bocadillo de tortilla a la play? Sin embargo, hacer esto puede ser un grave error… si la tortilla no está cuajada al 100% y no la hemos conservado bien en una nevera portátil. Sólo en estas condiciones debería ser seguro consumirla. Mucho cuidado con la tortilla de patatas en verano. A muchos les gusta que tenga un punto crudo. Un error típico es cocinar una tortilla de patatas un poco cruda, a las 12 del mediodía, dejarla encima del mármol, ir a la piscina y comérsela a las 14.30. Esto te puede mandar a la cama unos días o incluso al hospital. La salmonella se reproduce a las mil maravillas en estas condiciones. Conclusión: la tortilla, bien cocinada, consérvala en la nevera y mejor comerla rápidamente.

6. Usar hielo común en las neveras portátiles

Algo muy habitual es rellenar la nevera portátil del picnic con hielo común de casa o de la gasolinera. Sólo debemos usar los bloques de hielo específicos para neveras portátiles ya que son herméticos y no pierden agua. Los cubitos se derriten y las bacterias montan una fiesta cuando encuentran agua y por eso puede ser una fuente de contaminación. Además es muy habitual ir abriendo y cerrando las neveras, (sobre todo para coger bebidas) y eso produce un calentamiento en el interior del recipiente que puede acelerar la proliferación bacteriana.

1 EXTRA Usar la misma nevera para bebidas y comida

Esto, seguro que lo has hecho. Lo ideal sería que separemos las bebidas y la comida en dos neveras independientes. Por dos razones fundamentales. Las botellas y latas han sido manipuladas por mucha gente en varios espacios: la fábrica, almacén, transportista, supermercado, etc. Están llenos de bacterias. Mientras que en el frigorífico de casa, las ponemos en un compartimento concreto, en una nevera portátil es muy fácil que entren en contacto con los alimentos. La segunda razón es que durante nuestra mañana en la playa o la montaña, echemos mano de las bebidas de forma recurrente. Al abrir y cerrar la nevera, ésta se calienta y afecta a los alimentos. En cambio, si los alimentos van en una bolsa diferente, la podemos mantener cerrada hasta el momento justo de comer.

7. Cocinar hamburguesas o pechugas de pollo “vuelta y vuelta”

La carne picada y el pollo son dos de los productos cárnicos más delicados en la cocina de verano y en la de todo el año. Si la descongelamos a temperatura ambiente y encima no las cocinamos bien, podemos tener un susto. Salmonella y estafilococo son dos bacterias que proliferan fácilmente en el pollo en temperatura ambiente, y por eso son más peligrosas en verano: porque la temperatura ambiente es más alta. Cocinarlos por encima de 130 grados es clave para destruir estas bacterias.

8. Perder de vista los alimentos en una mesa de jardín

Debemos sacar los alimentos y ponerlos en la mesa en el momento de ir a comerlos. Aunque no sean productos delicados, tenerlos al exterior los hace atractivos para insectos o animales de compañía. Los animales pueden ser portadores de gérmenes patógenos y parásitos que originan enfermedades de transmisión alimentaria.

9. Cortar distintos alimentos con el mismo cuchillo y en la misma tabla

Si hacemos esto sin limpiar bien la tabla o el cuchillo cada vez que lo usemos para manipular un producto concreto, corremos el riesgo de provocar lo que llamamos “contaminación cruzada”, es decir, contaminar un alimento con una bacteria por culpa de haber usado el mismo utensilio con el que habías manipulado un alimento contaminado. De esta forma aumentas las posibilidades de sufrir una toxiinfección puesto que estás consumiendo más cantidad de bacterias dañinas. No uses el mismo cuchillo o tabla para cortar carne y pescado si no lo has lavado antes. O lo mismo con productos cocinados y crudos.

10. No refrigerar lo que has cocinado

Cocinas a primera hora y lo dejas a temperatura ambiente toda la mañana mientras realizas tus actividades veraniegas para volver a calentarlo justo antes de comer. Grave error. En cuanto deje de quemar, debes guardarlo en la nevera y si no lo vas a consumir el mismo día, congélalo.

¿Cuántos de estos errores cometes a menudo? Como ves, hacer las cosas bien no es tan difícil. Las buenas prácticas deben realizarse durante todo el año pero hay que ser especialmente cuidadosos en verano. ¡Buenas vacaciones!

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