Última actualización: 10 abril, 2024
Congelar los alimentos de manera correcta es clave para la conservación de las propiedades de los alimentos y para velar por su higiene, así como también lo es descongelar los alimentos de forma óptima.
Lluís Riera, director de SAIA, explica en Badalona Televisió que siempre que podamos es mejor comprar alimentos directamente congelados, ya que las empresas frigoríficas tienen la infraestructura para un congelado rápido y a menor temperatura del que podemos llevar a cabo en casa. De esta manera, aseguran que no se formen cristales que pueden romper las moléculas de los alimentos.
Sin embargo, hay quienes son reacios a los congelados y prefieren comprar fresco y congelar lo que no van a consumir. En este caso recomienda, antes de congelar los alimentos, lavarlos, envolverlos en papel film para que no se queme la parte externa y meterlos en el congelador dentro de un recipiente hermético, sea de cristal o de plástico.
La parte que la gente suele hacer peor, según Riera, es descongelar los alimentos, más que congelarlos: las prisas a menudo hacen que descongelemos los alimentos a temperatura ambiente, que representa riesgos de contaminación cruzada, ya que es esta temperatura la más óptima para la reproducción de microorganismos.
La manera ideal de descongelar alimentos, por lo tanto, sería tener la suficiente previsión, sacar el alimento del congelador y dejar que se descongele en la nevera, a ser posible en un recipiente con rejilla que permita que el agua de la descongelación quede separada del alimento.
En este sentido, SAIA recuerda que el 50% de las toxinfecciones alimentarias son a nivel doméstico, a pesar de que a veces ni nos lleguemos a dar cuenta porque no relacionamos el malestar leve que podemos tener con algo que hayamos hecho mal en relación a la seguridad de los alimentos.
Se puede ver la intervención en el vídeo a continuación, entre el minuto 90 y 98:
Es recomendable tener presente que no hay que poner nunca alimentos todavía calientes en la nevera, porque, en palabras de Riera, «estropearíamos la nevera y el alimento», de manera que sugiere dejarlos un rato a temperatura ambiente. Si se quiere agilizar el proceso, se puede remover el alimento para que se evaporen antes los vapores, o incluso enfriarlo a baño maría, si es con hielo, mejor.
«Recordemos que cuanta más proteína animal tenga un alimento, más riesgo supone tenerlo a temperatura ambiente», dice el director de SAIA. Por eso enumera malas prácticas como poner una olla grande con caldo que no cabe en la nevera a temperatura ambiente mientras no se consume o incluso ponerlo en el balcón por estar más frío (porque aunque esté más expuesto al frío, también lo está a más microorganismos ambientales). Lo mejor, si se quiere avanzar trabajo, es cocinarlo y congelarlo en recipientes más pequeños para que quepa en el congelador y luego en la nevera cuando sea necesario descongelarlo.
SAIA ya ha hablado sobre congelar los alimentos y descongelarlos en otros medios como La Vanguardia, cuya intervención está recogida en este post.