Tres comidas veraniegas que nunca deberías llevar a la playa: SAIA lo cuenta en ‘La Vanguardia’

3 agosto, 2020
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Tres comidas veraniegas que nunca deberías llevar a la playa: SAIA lo cuenta en ‘La Vanguardia’

Última actualización: 28 febrero, 2024

Tiempo de lectura: 3 minutos

Cualquier alimento entre más de 4 grados y menos de 65 está en zona de peligro y es un riesgo para el consumidor, nos cuenta Lluís Riera, director técnico y tecnólogo de los alimentos de la consultora SAIA. Cualquier cosa de comer que se lleve a la playa debe conservarse en frío, pero no congelada.

Los más arriesgados para una comida veraniega al aire libre son los productos de origen animal, especialmente el huevo poniendo especial atención a platos como la ensaladilla rusa y la tortilla de patatas.
En el caso que no se puede renunciar a estas comidas, es importante asegurarse de que el huevo de la tortilla esté completamente cuajado. Al ser un alimento muy proteico tiene una gran carga microbiana, lo que provoca que se pueda contaminar con mucha facilidad. Lo mismo que debe estar bien cocido, al menos durante diez minutos a partir de que hierve el agua, el huevo duro. Es aconsejable mantenerlo sin pelar hasta que vaya a comerse, para evitar la salmonela.

Durante el verano hay que olvidarse de la mayonesa hecha en casa, así que en esos casos, imprescindible que sea de bote. Un truco es preparar la comida en el periodo de tiempo más cercano posible al de consumirla (la noche antes) Pero teniendo en cuenta que hay que dejar que se enfríe para evitar el posible desarrollo de gérmenes que tienen relación con la temperatura. Luego, meterla en una nevera portátil. Hay que tener en cuenta, que estos aparatos mantienen la temperatura pero no enfrían, por el cual hay que introducir los alimentos ya refrigerados.

Por otro lado la carne empanada incorpora dos productos de riesgo, el huevo del rebozado y la propia carne. Ambos tienen que estar completamente cocidos, porque si no constituyen todo un riesgo.

En el caso de las latas, si se abren en el momento de comerlo no supone ningún riesgo, pero no ocurre lo mismo si se ha incorporado en otra preparación unas horas antes. Fuera del envase y a temperatura ambiente, cualquier pescado azul, y el atún, la caballa y las sardinas pueden producir histamina. En cambio no presentan problemas los berberechos, almejas y otros enlatados esterilizados.

Como alimentos menos peligrosos, estarían los típicos embutidos curados, que ni siquiera necesitan refrigeración. En cambio los cocidos, como el pavo, el jamón york y similares deben conservarse en frío.

La fruta, aunque es muy cómoda llevarlas ya peladas y cortadas, no es lo más conveniente. Sin la piel que las proteja pueden ser pasto de los gérmenes con facilidad. Lo más seguro es llevarlas enteras, sin lavar ni pelar y hacerlo en el momento de comerlas.

Las neveras portátiles son imprescindibles si se quiere comer algo más que un bocadillo o una lata de conservas en la playa, a la orilla de un río o en el campo. Para mantener el frío se pueden usar los bloques de hielo No es aconsejable llevar una bolsa de hielo, porque se irá deshaciendo y dejando agua que puede estropear la comida.

Y, sobre todo, evitar abrir y cerrar continuamente, ya que los cambios de temperatura son el mayor enemigo de la buena conservación.

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