Última actualización: 23 diciembre, 2023
Guardar las sobras de comida ya cocinada y recalentarlas más tarde o al día siguiente (en el peor de los casos pasados unos días) es muy habitual en la mayoría de hogares.
En términos de seguridad alimentaria, los alimentos que no se recalientan son más seguros porque, cuanto más los manipulamos, más probabilidad de crecimiento de microorganismos hay. Si se recalienta, pasan más veces por un rango de temperatura que se considera «zona de peligro», que es entre los 4 y los 65 grados nos cuenta Lluís Riera, director de la consultora de seguridad alimentaria SAIA. Las bacterias se multiplican con más facilidad a temperaturas medias, y tienen más dificultad para proliferar cuando la temperatura es inferior a los 4 grados o superior a 65.
Algunos vegetales como las espinacas, la rúcula, el apio o la col tienen alto contenido en nitratos, unos compuestos que no son tóxicos por sí mismos, pero que pueden ser perjudiciales si se convierten en nitritos, como informan Aecosan y el agencia Catalana de Seguridad Alimentaria. Por eso, por ejemplo, no se recomienda hacer papilla de verduras con espinacas o apio, ya que muchas veces se utiliza el agua de hervir, que es rica en estos nitratos / nitritos, nos cuenta Riera.
Cualquier alimento recalentado puede tener más riesgo de crecimiento de microorganismos. Y esto haría desaconsejable recalentar los siguientes productos:
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