Última actualización: 28 febrero, 2024
Aunque la normativa es reciente, es posible que ya hayas visto como alguien, en el supermercado, en la charcutería del barrio o en la pescadería, saca su táper de la bolsa para que le guarden allí el producto que acaba de comprar. Así lo permite el Real Decreto de Envases y Residuos de Envases, aprobado el 27 de diciembre de 2022 y que ha entrado en vigor en enero de 2023. La nueva normativa recoge importantes novedades en materia de prevención de residuos y reutilización. En concreto, respecto al tema que nos afecta, el real decreto especifica lo siguiente: «Todos los establecimientos de alimentación que vendan a granel alimentos y bebidas, deberán aceptar el uso de recipientes reutilizables (bolsas, táperes, botellas, entre otros) adecuados para la naturaleza del producto adquirido».
El Real Decreto advierte que los establecimientos podrán rechazarlo «si está manifiestamente sucio o no es adecuado». En el artículo de La Vanguardia, el director de SAIA, Luis Riera, da algunas claves para que nuestro taper reúna las condiciones y se pueda usar para este fin. «Una cosa que no debemos hacer nunca, por ejemplo, es usar el táper que nos hemos llevado a la oficina y que hemos limpiado rápidamente bajo el grifo del baño. Lo normal es que dejemos ese táper aún sucio en la bolsa, a temperatura ambiente y eso provoca la proliferación de microorganismos que más tarde podrían afectar a los alimentos que guardemos en él, y contaminarlos», advierte Luis Riera en La Vanguardia.
A parte de que el recipiente esté bien limpio, es clave comprobar que sea apto para uso alimentario, información que se puede consultar en los pictogramas impresos en el envase: una copa y un cubierto indican que se puede usar para guardar alimentos. Estos dibujos también señalizan si el táper puede calentarse en el microondas o limpiarse en el lavavajillas. En este sentido te recomendamos leer este artículo de nuestro blog que habla de los diferentes tipos de tapers y sus características.
Los envases de plástico suelen ser los más comunes por su ligereza pero son los que duran menos y son más porosos. En cambio el cristal, a nivel de higiene, es el más indicado ya que es más inerte y menos poroso. Por contra, su principal problema es el peso y la posibilidad de rotura. El acero también es una buena opción: pesa poco y es poco poroso.
En el artículo damos algún consejo más que recomendamos revisar. Puedes leer el artículo completo de La Vanguardia aquí.