Última actualización: 28 febrero, 2024
Los profesionales de la seguridad alimentaria y las autoridades sanitarias desaconsejan lavar el pollo ya que puede contribuir a la propagación de bacterias, especialmente el Campylobacter responsable de la mayoría de casos de enfermedades alimentarias en Europa y también favorece el riesgo de contaminación cruzada.
Lo que hacemos (si lavamos el pollo bajo el grifo) es esparcir los microorganismos con el agua, y la humedad contribuye al crecimiento de las bacterias, nos cuenta Lluís Riera, director de SAIA, consultora de seguridad alimentaria.
En el caso de las carnes crudas hay que tener en cuenta que buena parte de los microorganismos son las vísceras de los animales.En una carne de animal pequeño, como la de pollo, puede haber más microorganismos que en la pieza de un animal grande, como la de ternera «. Por lo tanto, será más fácil esparcir los microorganismos si la lavamos.
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