Última actualización: 28 febrero, 2024
¿Quién no ha olvidado un tetrabrik de leche abierto? ¿O ha dejado el zumo sin tapar? Un despiste lo tiene cualquiera. Sobre todo cuando las consecuencias parecen ser insignificantes. Sin embargo, en cuanto a líquidos esa indiferencia puede traer graves consecuencias.
El ejemplo más evidente es el de la leche. Los microorganismos encuentran en un alimento como la leche el medio ideal para su crecimiento, nos cuenta Lluis Riera, director de la consultora de seguridad alimentaria SAIA. Por eso, en el etiquetado se recomienda conservarla en frío , porque las bajas temperaturas ralentizan el desarrollo de los microorganismos. Si dejamos un brik de leche ultrapasteurizada (UHT) abierta fuera de la nevera, en pocos días habrá un crecimiento bacteriano y se cortará, aumentando el riesgo de que se den intoxicaciones alimentarias si se consume, nos detalla Riera.
Con las bebidas con proteínas alternativas a la leche , como las bebidas de soja, de almendras, de arroz o de coco, sucede lo mismo: su alto contenido proteico las convierte en un escenario ideal para el crecimiento bacteriano. Por eso, sugiere Riera, aunque abiertas duren más tiempo que la leche de vaca (porque tienen menos proteínas), lo ideal para que no se echen a perder rápidamente es conservarlas en la nevera.
Tanto el kéfir de agua como la kombucha son bebidas fermentadas ricas en probióticos se recomienda siempre conservarlas en el refrigerador y ralentizar así su fermentación. No hacerlo provoca que a corto plazo el producto vaya tornándose cada vez más ácido y al dejarla en temperatura ambiente, esta sigue fermentando y el gas carbónico que se produce se va acumulando de tal manera que, si pasa mucho tiempo y el envase no está completamente cerrado, puede explotar, nos cuenta Riera.
En el caso de los licores de alta graduación, Riera nos recuerda que, aunque se puedan guardar fuera de la nevera y en lugares frescos y secos, si no están bien tapados y a una alta temperatura ambiente (por encima de los 25 grados), el alcohol se irá evaporando.
Por norma general, todos los zumos deben ir en la nevera una vez abiertos. Se evita así el riesgo de que crezcan levaduras.
¿Y qué pasa con el agua? Es probablemente el líquido que más dejamos al descubierto y a temperatura ambiente. Sin embargo, esta sustancia no es inmune a los microorganismos. Con el paso del tiempo, el agua irá cogiendo un color verdoso como consecuencia del crecimiento de algas.
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