Última actualización: 28 febrero, 2024
¿Cuántas veces no habremos sacado la patata con moho y la cebolla seca? Cuando almacenamos las patatas y las cebollas en la cocina o en la despensa solemos cometer un error, que lleva a que ambas se estropeen antes. La cebolla tiene la capacidad de absorber el agua de la patata, lo que produce, no solo que la patata se seque y se arrugue antes, sino que además aparezca mucho antes el moho y los brotes en la cebolla.
Otro de los errores es guardarlos en el frigorífico. Esta práctica no solo altera su sabor, sino que también favorece su deterioro. La patata se suele oscurecer, se vuelve más dulce por la pérdida de almidón y eso también hace que no se fría bien.
Lo ideal es que las patatas y las cebollas se guarden aisladas de cualquier otro producto en un un lugar oscuro, ventilado para que «respiren», a temperatura ambiente, por debajo de los 20ºC, si es posible, pero nunca juntas, nos cuenta Luis Riera, director de la consultora de seguridad alimentaria SAIA.
El recipiente o el contenedor adecuado para guardar las patatas y las cebollas (no juntas) sería una cesta, una caja de madera con rejilla o con rendijas, un saco que permita transpiración o incluso una caja de cartón, pero nunca se debería utilizar la bolsa plástico del supermercado para conservarlas.