¿Comprar el melón cortado puede ser peligroso? SAIA lo aclara en ‘La Vanguardia’

12 julio, 2021
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¿Comprar el melón cortado puede ser peligroso? SAIA lo aclara en ‘La Vanguardia’

Última actualización: 28 febrero, 2024

Tiempo de lectura: 3 minutos

¿Qué cómodo es comprar la fruta cortada en la frutería, ¿verdad? Lista para consumir sólo salir de la tienda. Pero como se suele decir, no es oro todo lo que reluce. A simple vista, es evidente que este producto genera más envases. Es decir, más plásticos. Este es uno de los puntos negativos. El otro factor a tener en cuenta y que seguramente no seamos del todo conscientes es la precaución que hay que tomar cuando queramos comprar la fruta cortada. Del peligro para la salud que supone comprar la fruta ya cortada, ya os hablamos en este post. Lo que hacemos hoy es centrarnos en una fruta en concreto: el melón. ¿Por qué el melón? Porque además de ser una de las frutas que más se venden cortadas (a trozos o a mitades) y porque se consume mucho en verano, las particularidades de esta fruta hacen que debamos ser conscientes de los peligros que existen cuando la cortamos.

 

«La fruta tiene una protección natural, que es la piel y en el momento en que la abrimos y cortamos, contaminamos su pulpa. Ahí empieza la proliferación de microorganismos que pueden intoxicarnos», cuenta Lluís Riera, director técnico y tecnólogo de alimentos de SAIA en La Vanguardia. Y que la piel del melón (o la sandía) sea más gruesa tiene un sentido. Como crecen en contacto con la tierra, están expuestas a más microorganismos y desarrollan una corteza más dura y resistente para que proteja su pulpa. Así que lo ideal es que antes de cortar el melón, lo lavemos bien para que estos microorganismos no pasen de la corteza a la pulpa a través del cuchillo.

 

Las frutas más acuosas son, además, más propensas a la contaminación, en cambio, en el caso de las ácidas, como los cítricos, es más complicado. Eso significa que la refrigeración es fundamental para evitar la proliferación de los microorganismos que nos pueden producir una toxiinfección alimentaria. Desde SAIA recomendamos que sólo se compre el melón cortado en caso de que esté refrigerado y que en la etiqueta aparezca la fecha de cortado. Así sabremos cuánto tiempo ha estado la pulpa expuesta.

 

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